Así lo hizo Legislatura bonaerense, a través de la ley 15.415, en reconocimiento a su destacada y sostenida trayectoria en defensa de los derechos humanos.
Por Bautista Cañón
Leopoldo Héctor Schiffrin nació en el año 1937 en Argentina. Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y trabajó en diferentes lugares estatales. Entre ellos, se desempeñó en la Procuración General de la Nación y en el Poder Ejecutivo Nacional. Sin embargo, la llegada de la última dictadura cívico-militar provocó que el eximio jurista deba exilarse en Alemania y España, pero no le impidió continuar perfeccionando sus estudios jurídicos.
Luego, con el advenimiento de la democracia, en el año 1984 trabajó como Secretario General en la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), en donde influyó decisivamente en importantes sentencias del Máximo Tribunal de nuestro país, debido a sus vastos conocimientos sobre filosofía, historia, sociología, y otras disciplinas vinculadas con el derecho.
Righi (con micrófono), Schiffrin escucha abajo a la derecha
Paradójicamente, esta notable influencia de Schiffrin en las sentencias de la Corte le generó enfrentamientos con algunos ministros del Tribunal. En particular, su colaboración en la redacción del voto en disidencia del ministro Jorge Bacqué en la causa “Camps”, en el que propiciaba la declaración de inconstitucionalidad de las leyes de obediencia debida y punto final, provocó que su permanencia en el Máximo Tribunal se viera afectada.
Así, en el año 1987 Leopoldo Héctor Schiffrin fue designado por Raúl Alfonsín como juez en la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata. Allí permaneció en el cargo dictando innumerables sentencias de relevancia institucional. Entre ellas, por mencionar solo algunas, se puede mencionar la sentencia en la causa “Miralles” en la que declara la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción, en base a la aplicación de los principios de la ética judeo-cristiana. Asimismo, en la causa “CEPIS” dictó otra sentencia relevante declarando la nulidad de las resoluciones del Ministerio de Energía, retrotrayendo la situación tarifaria al momento anterior al dictado de aquellas y convocando a audiencia pública con participación de los usuarios y consumidores de energía. A su vez, cabe destacar que fue uno de los principales impulsores de la apertura de los juicios por la verdad, convirtiendo a la Cámara Federal de La Plata en el Tribunal que organizó el primer juicio por la verdad, que después se extendió a diferentes lugares del país. En sus audiencias, Schiffrin demostró la participación de diferentes organizaciones civiles en los crímenes de la dictadura.
Esta especie de rebeldía jurídica, respaldada por grandes bases filosóficas e históricas, fue la que caracterizó su carrera judicial y la que incomodó a varias personas del poder. Probablemente, estos hayan sido los motivos por los que en el año 2017 la Corte Suprema eligió su expediente para abandonar la doctrina del caso “Fayt” y declarar la validez de la cláusula constitucional del art. 99 inc. 4, tercer párrafo, de la Constitución Nacional.
Por tal razón, en ese año Schiffrin abandonó el cargo de juez de la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata y, en el año 2018, falleció. Así, por su destacada y sostenida trayectoria en defensa de los derechos humanos, es que la legislatura de la Provincia de Buenos Aires declaró Ciudadano Ilustre post mortem a uno de los jueces más destacados de la historia de la justicia argentina, el doctor Leopoldo Héctor Schiffrin.