Un jurado popular de Tunuyán -Valle de Uco- consideró culpable al ex legislador radical, Leonardo Hisa, por el delito de instigación al femicidio por precio o promesa remuneratoria de quien en vida fuera su ex pareja, Norma Carleti, al entender que planeó el homicidio realizando un encargo por 300 mil pesos y una camioneta, en el marco de su divorcio.
Fue un arduo trabajo que recayó en cabeza de un jurado de Tunuyán en el Valle de Uco, luego de 20 días de debate –incluso ante más de 80 testigos, 11 alegatos y evidencias probatorias de todo tipo- y 2 de deliberación, divididos en dos etapas: 1) análisis probatorio y 2) deliberación y discusión hasta llegar al veredicto.
A su vez, la misma suerte corrió la deliberación para quien fue considerado como autor material del delito de homicidio agravado por el vínculo por haber mediado precio o promesa remuneratoria y femicidio -Kevin Guerrero-, su padre Juan Carlos Guerrero considerado como partícipe primario del mismo delito y su hermano, Alexis Guerrero, como partícipe secundario del delito de robo con homicidio –al ser quien condujo el vehículo hasta el lugar pero sin haberse podido probar que conocía el plan para dar muerte a la mujer-.
Ello así, en los alegatos de clausura la Fiscalía leyó un relato escrito por la propio víctima –hallada en un dispositivo digital- de la que se vislumbraba una situación de violencia de género de larga data que ella misma sufría –celos y maltratos psicológicos, entre otros- que iba a ser adjuntada en el marco de una presentación futura sobre demanda de divorcio, la que fuera desconocida por la defensa de Hisa en oportunidad de realizar sus propios alegatos, manifestando que la misma nunca fue presentada, fundándolo en testimonios de los abogados intervinientes en dicha cuestión; sumándole a ello la ausencia de conveniencia económica del supuesto encargue, que alegaba la acusación.
Por su parte, la defensa oficial de Juan Carlos Guerrero en los alegatos de cierre marcó una contradicción entre lo que habría tratado de instalar la fiscalía sobre la compra del automóvil con el móvil de cometer el homicidio, cuando, insistió la defensa, el imputado firmó un boleto de compraventa “poniendo la cara”, es decir, sin intención de algún fin criminal, sino todo lo contrario, habiéndolo hecho para poder movilizarse con sus nietos, quienes estaban a su cargo.
A mayor abundamiento, destacaron el cariño que le tenía el imputado a Norma, luego de haber trabajado más de 20 años para su familia, lo que no se correspondería con la intención de asesinarla. Sino por el contrario, sostuvieron la hipótesis de robo que derivó, sin haberlo planeado antes, en un homicidio.
Por otro lado, la defensa de Kevin y Alexis Guerrero catalogó la hipótesis fiscal en -el marco de un dinámico alegato-, de surrealista, marcando como elemento de importancia la obtención del supuesto audio de confesión de Kevin por coacción, haciendo alusión a las reales condiciones carcelarias que se atraviesan en los establecimientos penitenciarios, para demostrar que el mismo no se obtuvo de forma espontánea, sino todo lo contrario, en un contexto de extorsión.
Por último, la parte querellante -representando al hijo de Hisa y Carleti- sostuvo que Norma fue víctima de un hecho de inseguridad, perpetrado por los hermanos Guerrero.
Ante la decisión arribada por el jurado, la defensa de Hisa decidió apelar y planteó la inconstitucionalidad de la pena de prisión perpetua fundando su agravio en razones de imposibilidad de resocialización y reinserción de los condenados en la sociedad, citando tratados internacionales. Además, solicitó la prisión domiciliaria de su defendido.
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