Fue de una de las profesoras más destacadas del Derecho Público Argentino. Falleció el jueves a sus 94 años. Un homenaje por Laura Monti.
Por Laura Monti
Invitada en Palabras del Derecho
Jurista ejemplar, maestra del derecho administrativo, honesta magistrada, gran abogada … De muchas formas podemos evocar y recordar a la doctora Graciela Reiriz.
La tenemos en nuestra mente y nuestro espíritu de todas ellas, pero también como una persona inteligente y aguda, con gran sentido del humor (que muchos no advertían porque le profesaban una especie de temor reverencial por lo exigente que era en sus clases y en sus trabajos), pero nunca la guiaba más que el deseo de hacer las cosas bien y de que todos nos formáramos como buenos abogados, honestos, preparados, estudiosos.
Todos conocemos su hoja de vida, fue abogada litigante, procuradora fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, pero sobre todo ello docente de alma, tenía título de maestra y como Maestra del derecho se prodigaba a sus alumnos. Fue la primera profesora titular consulta de derecho administrativo en la UBA.
También fue una promujer del derecho público, en especial del administrativo, cuando pocas mujeres se desempeñaban en este campo jurídico, y no temía exponer sus posturas y razonamientos jurídicos en el ámbito que fuere.
Sufrió por la ingratitud de algunas personas a quienes ayudó muchísimo en lo profesional y personal, pero nunca devolvió la injuria con revancha o rencor. Será porque, de otro lado, tuvo y tiene el amor de todos los que le agradecen su paso por este mundo, por haber tenido la suerte de escuchar sus clases y compartir buenos y malos momentos de la vida.
Q.E.P.D. doctora Reiriz, su figura permanecerá siempre en la cultura jurídica argentina y en el corazón y la mente de quienes fueron sus alumnos, colegas y amigos.