Se trata de un inmueble que fue donado por la Corporación Puerto Madero al Arzobispado de Buenos Aires, con el cargo de construir una escuela antes del 2031.
Se trata del proceso iniciado por los crímenes perpetrados en los centros clandestinos “Pozo de Quilmes” y “Pozo de Banfield”, donde funcionaban los edificios de las Brigadas de Investigaciones de la Policía bonaerense durante la última dictadura militar.